TRADICIÓN - MODERNIDAD O AMBAS

Desde que le doy a esto de correr despacio como dice mi hija mayor, suelo apuntar los entrenamientos en una agenda.

Me gusta llevar un control sobre lo que voy haciendo, hora del día en la que salgo, duración, ruta que sigo, pulsaciones y cuando incorporé el footpod de SUUNTO, añadía distancia, velocidad, etc.

Era una forma de poder comparar los entrenos a medida que se supone que iba mejorando mi forma física y comprobar la evolución, si es que la había.

Al principio como entrenaba de pascuas a ramos y era bastante anárquico a la hora de salir, la comparativa no me servía para nada, pero desde octubre del año pasado, que me decidí a preparar un maratón, la cosa cambió. Salir cuatro veces por semana siguiendo un plan es lo que tiene, por el blog podíais ir siguiendo los entrenos y la evolución, pues bien, de todo ello dejé oportuna cuenta, inicialmente en una agenda de propaganda de Cajastur y posteriormente en otra que me regaló mi reina maga particular, bastante mejor que la anterior y que utilizo con un marcador fuera de categoría que me hizo para la ocasión (ver foto, sólo la gente entendida en patchwok puede valorar el regalo en toda su magnitud)

En ella apunto hasta el último detalle de los que me aportaba el pulsómetro, antes el SUUNTO y desde hace unas semanas el FORERUNNER 305.

El dilema surgía cuando volcaba los datos del FORERUNNER en el ordenador (pues el otro fue un regalo de los compañeros del trabajo y no había comprado el software necesario, era demasiada jeta pedírselo después) y podía ver en un mapa el recorrido, distancia, velocidad media, por km, desnivel, pulsaciones, intervalos, bla bla bla bla bla bla y todo en pantalla sin mover un sólo músculo digital (se supone que ya había movido previamente los restantes del cuerpo con fruición).... ¿qué hacer?, ¿seguir con la agenda o no seguir?, that was the question...

Simple pero importante decisión, ¿iba a tirar por la borda todo el trabajo de meses, lo volcaría en el ordenador también, dejaría la agenda tirada como una colilla hasta que sus hojas cambiasen de color hacia el amarillo sin volver a consultarla jamás?

No, he decidido seguir con mi agenda manual, escribirlo todo, echar la vista atrás con mis comparativas caseras y disfrutar con mis comentarios personalísimos. Eso no será óbice para no toruraros de vez en cuando con alguna grafiquilla y continuar volcando el torrente informativo del FORERUNNER en el ordenador para regodearme con el Google Map de lo lejos que voy (algún día tendrán que buscarme como a Wally) y las cuestas por las que trepo, pero mi agenda seguiá sufriendo conmigo, eso no hay duda, pintarrajearé sus hojas con mi pilot negro reservado para la ocasión.

Abel Antón, en su libro, fotografió algunos de sus muchos apuntes manuscritos en los que iba anotando sus entrenos salvajes y la verdad es que pasado el tiempo, uno echa la vista atrás y los ve como verdaderas reliquias, como papiros egipcios que lejos de quedar obsoletos, se revalorizan emocionalmente y te recuerdan donde estabas físicamente en esas fechas y las animaladas quehacías cuando eras más joven.

¡Qué le voy a hacer!, comprendo que es más cómodo el ordenador y aporta muchísimas cosas más, pero donde estén mis anotaciones de andar por casa...