OBJETIVO CUMPLIDO

El título de la entrada lo dice todo, por encima de marcas y de otros aspectos técnicos para mi menores en estos momentos, el objetivo doble está cumplido, soy un FINISHERRR! y en menos de 4 horas, la única pega es que Bush haya hecho menos que yo, pero eso no va a quedar así.

El día antes del objetivo

El viernes el avión salió, como siempre, con retraso, ya de por sí era tarde porque su horario de salida era las 22 horas, pero nos fuimos hasta las 23:15, llegando a Barcelona a las 00:30 más o menos, eso sí las maletas, afortunadamente, llegaron a buen término y salimos como flechas a coger un taxi que nos llevara a los apartamentos de la calle La Guardia, en pleno Raval (barrio chino de Barcelona).

La llegada sobre la 01:00 horas, digna de una peli surrealista, la calle llena de gente "rara" siendo benevolente, el taxista nos advierte, no les puedo dejar frente a la puerta y tendrán que recorrer estos 50 metros a pie, no pierdan de vista sus maletas y manténganse juntos. Las "n" maletas (viajando con críos da igual irse para 3 días que para siempre), la silla con el pequeño, la mayor (de 4 años) de la mano, mi mujer y yo mismo pensando, ¿dónde coño nos han metido estas de la agencia?, cuando vuelva las mato. Como sería la cosa que tras avisar, los responsables de los apartamentos, salieron en nuestro auxilio y nos cogieron literalmente en volandas y nos metieron para dentro del edificio. ¡Ufff!, todos a salvo.

Esa noche, pasamos un frío garrafal y el sonido del aire acondicionado, que sólo calentaba el salón y poco, no nos dejó pegar ojo, así que al día siguiente, con una gestión diplomática nos agenciamos tres radiadores eléctricos que pusimos a toda leche, lo siento por el medio ambiente, pero el fin justifica en este caso los medios y todo cambió.

De día las cosas se ven de otra manera, la calle seguía siendo siniestra, pero estaba a escasos 75 metros de La Rambla, justo a la altura de la Plaza Real, pero en el lado opuesto, muy cerquita del Palacio Güell.

Para aquellos más de mundo, la calle del apartamento era perpendicular a la del Bagdad que une el Paralelo con La Rambla, es decir parte sur del barrio chino, que ya no es lo que era, todo sea dicho, aunque sigue conservando un cierto aire de máquina baja que me gustó.

Sobre las 10:30 ya estábamos pateando Barcelona, subimos por La Rambla, pasamos frente al teatre del Liceu y llegamos hasta la fuente de Canaletas (icono barcelonista donde celebran sus títulos y grandes gestas). Continuamos subiendo hasta la Plaza de Catalunya y girando a la izquierda por la Gran Via de les Corts Catalanes hasta la Plaza de España.

Ya en la Feria de Barcelona, el pabellón nº 6 era el que acogía la Expo Marató, donde se recogía el dorsal, la bolsa del corredor y se verificaba el chip. Todo estaba súper organizado, muchísimos voluntarios y gente de lo más simpática que se hacía entender y atendía las consultas en los más diversos idiomas, el lenguaje gestual es siempre muy socorrido y en esto del running, la gente sana es lo que abunda.

La verdad es que se perdía el sentido viendo los stands más diversos, estudios de pisada, ropa, pulsómetros, complementos alimenticios, promociones de otras carreras, sólo de pensarlo se me ponen los dientes largos, pero había que repartir aficiones, de eso se trata, así que tras la recogida del dorsal, nos fuimos por otras latitudes.

No me pude resistir a hacer la gracia

Seguimos caminado hacia el Mercado de Sant Antoni y bajamos por la Rambla del Raval hacia la zona del apartamento y nos fuimos a comer a un restaurante de la Plaza Real que se llama "Les quinze nits", era una recomendación de María, una amiga, que como siempre nos aconsejó bien, porque comimos calidad a un precio asequible.

No perdonamos la siesta de rigor, cosa que agradecimos todos y más después de la epopeya de la noche anterior, además los calefactores estaban ya a tope y disfruté como un oso panda del reconfortante descanso.

Por la tarde, una vuelta por el Paralelo, bajando hasta el Museo Naval (una pasada), hasta Colón y vuelta a subir por La Rambla, donde cenamos en un italiano muy apañao.

Después de preparar todo el material de campaña para el día siguiente, me fui para la cama con la intranquilidad de pensar que a las 6 tenía que levantarme sí o sí, sólo faltaba quedarse dormido el día H.

Me desperté como las señales horarias, a las 3:20, a las 4:20, a las 5:20 y a las 6, así que no hubo problema en ese sentido. Un desayuno normal, un plátano, dos tostadas con aceite de oliva, un pequeño vaso de leche y cuatro galletas, paso por el baño y a vestirse.

Me puse dos apósitos en la zona de antiguas ampollas y los cubrí con esparadrapo ancho de tela, recubriendo el resto del pie, los sobacos, pezones y muslos con vaselina.

Decidí correr con manga larga porque el frío iba a ser considerable en principio y yo soy bastante friolero, a pesar de ser del norte, no soy del mismo Bilbao y se nota. Me coloqué el pulsómetro, radio FM, guantes, gorro y salí con la sesanción de haber hecho una buena preparación.

Una vez listo y con mi mochila repleta de ropa de recambio, teléfono móvil, una copia de las llaves del apartamento, kleenex y dinero, salí a la calle, notando ya ambiente de maratón desde los primeros metros, aunque algunos habían cambiado el isotónico por JB y otros se habían encontrado ya con el muro de pleno, antes incluso de empezar a correr. Cuando llegué al Paralelo, allí sí que empecé a ver a gente difrazada como yo y que se dirigía en procesión dispersa hacia la parrilla de salida.

Por el camino me dí cuenta de mi único olvido, la botella de isotónico que debía tomar a sorbos pequeños media hora antes de empezar la prueba. Vaya por Dios, menos mal que había llevado algo de pasta y en una gasolinera de camino a la salida, me hice con una. Todo contento por haber salvado el primer obstáculo, comencé a beber pequeños tragos, notando un extraño sabor al que no le di mayor importancia (más tarde le encontré el sentido).

Seguí de camino a la Plaza de España y cuando estaba frente al pabellón nº 6 para dejar la mochila en el guardarropa, llamé por teléfono a Jesús (Pulasky21), un colega del foro correr asturias, que es de Avilés y también iba a participar con Pulasky3 y Federer (sus nombres de guerra en el foro) y sus ritmos, aunque superiores, estaban relativamente cercanos al mío. Quedé con ellos frente al Meeting Point, pero no fue posible entre tanta gente poder vernos en ese momento. Fue en ese preciso instante donde me di cuenta de que la fecha de caducidad del isotónico marcaba el 8/01/2010, estaba efectivamente caducado de hacía dos meses y ya me lo había pimplado casi entero, así que me lo acabé y esperé pacientemente resultados cerca del WC, sin respuesta fisiológica aparente, y así se mantuvo hasta el final, menos mal.

A las ocho estaba prevista la foto oficial con los blogueros, era en la Fuente de Montjuic y juro por lo más sagrao que estuve buscando a todos, bueno a los que creía recordar por las fotos, sobre todo y no te engaño a tí Manuel Binoy, más que nada porque entre tanta gente tu corte de pelo canta más, (espero que no te lo tomes a mal), pero tampoco fue posible, mi última entrada de cateto a babor era una premonición, sólo me faltaba la maleta con la longaniza y la boina para ser el más torpe de los allí presentes, una pena porque tenía ganas de conoceros en persona y poder compartir algunos momentos de los nervios previos a la carrera.

Por contra, cuando ya eran la 8:20 me fui hacia el cajón de paquetelandia (los de más de 4 horas)donde en lugar de estar compartiendo risas con amigos, me entretuve oyendo hablar en todo tipo de idiomas (tenía al lado italianos, detrás un esloveno, alemanes, noruegos, daneses....) y viendo a 30 ó 40 japoneses vestidos enteros de rosa fosforito uno con un par de butifarras colgadas de su visera, vamos un poema, sería para poder reconocerse en los vídeos, aunque bien pensado en los avituallamientos sólo había bebida y fruta, así que las butifarras igual acabaron el maratón pero no en su envase original.

A las 8:30 en punto creo que se dio a salida y digo creo, porque en medio de la canción de Barcelona entonada por Freddy Mercury nada que envidiar al NY, NY de Franky, y de los gritos de la gente emocionada, no pude oir nada.

Comenzamos a andar hacia la salida, tardando casi seis minutos en pasar por la alfombra, alguno decía entre risas que ya le habían "jodido" la marca, pero eso era lo de menos, estaba tan emocionado que me dieron ganas de llorar, pude contenerme a duras penas, más que nada para ahorrar líquidos y no deshidratarme durante la carrera.

La salida como os digo hipermasificada, parecía una mega san silvestre en la que tenías que ir esquivando a la gente para poder avanzar. La clave estuvo en salir a un ritmo controlado pero sin dormirse y poder pasar antes de la estación de Sants, km 3,5 más o menos, a las tres liebres de 4 horas que formaban un tapón de miedo.

La carrera picaba para arriba en esos primeros km, pero como vas fresco y entusiasmado casi ni lo notas, en esas llegamos al Camp Nou, que me defraudó bastante, lo veo menos imponente por fuera que por dentro, el Palau Blaugrana está achacoso el pobre y en general no me gustó la zona, el recorrido hacía una especie de D gigante que te obligaba a regresar de nuevo al estadio, pero por el otro costado, donde estaba el primero de los puntos de animación, y empezaba una ligera bajada hasta la calle Rocafort. En el km 4 más o menos, Jesús el del foro, me picó por detrás y me llevé una grata sorpresa porque ya no daba un duro por encontrar a nadie conocido y en contra de mis augurios, había enhufado los 40 principales en la radio. Corrimos juntos hasta el km 31, a pesar de que le dije una y otra vez que se fuera para adelante porque tenía más confianza e iba mejor de piernas que yo.

Ya en el km 12 se pasaba de nuevo por Plaza de España, donde se notaba ya que la gente se había animado a salir a la callle, y estaba abarrotada, se empezaba a notar el calor de la masa que fue fundamental en determinados puntos.

Por la Gran Via hasta el paseo de Gracia, donde se giraba a la izquierda en la Plaza Catalunya en dirección a la Diagonal pasando frente a la Pedrera.

Tras cruzar la diagonal, por Roselló, ya en el km 17 encontramos imponente la Sagrada Familia y sus grúas eternas, majestuosa, preciosa, me faltan calificativos para describir la impresión que me causó, todavía estaba para poder disfrutar del paisaje, me acordé de mi entrada del turismo express.

Llegamos a uno de los puntos que más cansancio psicológico me produjo, el tramo de la Avenida Meridiana que se recorre en ambos sentidos, estos tramos me matan, ves ríos de gente subir hasta que se pierde la vista sin atisbar el final y más ríos ingentes bajando y piensas en todo lo que te queda, un queme mental que no físico, aunque esa zona picaba para arriba (el que diga que esta carrera es plana me lo cargo). En esas llegamos al medio maratón que pasé en algo más de 1:56 y bastante entero, aunque un vaso de Powerade del azul, que estaba caliente me provocó una sensación de vómito que logré controlar con algún esfuerzo (no lo vuelvo a tomar en mi vida, qué asco).

Cruzamos el puente de Santiago Calatrava (muy discretito para lo que suele hacer el Santi) y por el último tramo de la Gran Vía llegamos hasta la Rambla de Prim, que se bajaba hasta Forum, km 25.

Esta fue la zona de mayor dureza para mi gusto, ni muro ni ostias, 4km de Diagonal hacia arriba hasta llegar a la torre Agbar (pepino gigante, consolador atómico o como querais denominarlo) y de nuevo vuelta, la sensación de ir siempre subiendo (que no puede ser cierta pero la tenía), Ni siquiera una clase de spinning en media calle con la música a tope me ayudó mentalmente. Además en esta zona Jesús, con buen criterio, decidió irse de una vez y me quedé sólo con mis piernas y mi cabeza.

La Avenida Litoral, las playas, el puerto olímpico, las torres MAPFRE, ya me pueden preguntar lo que quieran que ni me fijé, sólo iba mirando a dos disfrazados de vikingos que estaban a punto de entregar la cuchara y felicitándome porque había pasado a spyderman y a superman (casi nada).

En estas, km 35 pasamos al lado del zoo, rodeando el Parc de la Ciutadella y entrando en la zona que más me gustó del recorrido, el barrio gótico. Pasamos bajo el Arc de Triomf donde había instalado un avituallamiento y a partir de ahí, a pesar de pasar y pisar zonas adoquinadas, disfruté como un perro entre la marea humana, era como vivir las sensaciones que los ciclistas sienten subiendo puertos míticos como el Tourmalet, la gente agolpada a ambos lados, con paso estrecho, gritando los nombres de los participantes (hay que decir que el detalle de personalizar el dorsal con el nombre es un puntazo), oir tu nombre con varios acentos te da un plus de moral que te ayuda a afrontar la parte final de la carrera con unos ánimos renovados.

Ya en el 38-39 se bajaba el último tramo de La Rambla hasta llegar a Colón, desde donde se afrontaba el tramo final de la carrera, siempre picando para arriba, primero el Paralelo, después la Ronda de Sant Pau y ya por último, después de un giro de 90 grados hacia la izquierda, la calle Sepúlveda desde la que se puede ver, al fondo, la deseada Plaza de España. Bien es verdad que, al acabar esta calle aún quedaban unos 400 metros, pero daba igual, frente al pabellón 1 de la Fira de Barcelona estaba mi mujer y mis niños, ¿qué más se podía pedir?, me sentía fuerte, orgulloso, contento, choqué la mano de mi mujer, pero ni me planteé coger a los críos en brazos, aún quedaban 300 metros y seguro que si lo hubiera hecho no hubiera acabado vivo.

Había decido no sprintar, era una gilipollez (eso pensaba) que me podía suponer un disgusto de última hora y dificultar la recuperación después de tanto esfuerzo controlado, pero cuando enfilo la Avenida Reina María Cristina y veo en el reloj, tiempo oficial 3:59:10 y subiendo, me dije, no puede ser, tengo que salir en la foto con menos de cuatro horas, sabía que el tiempo real era unos seis minutos menos, pero quien coño se lo explica a la gente cuando en la foto pone más de cuatro horas, así que apreté los dientes y pasé por meta en menos de cuatro horas, es más, me sobraron 15 ó 16 segundos.

La organización de diez no, de quince, había voluntarios que te quitaban el chip para que no tuvieras que agacharte, la ansiada medalla, bebida, fruta, barritas, servicio de guardarropa ejemplar, el pabellón 6 entero a nuestra disposición, con servicio de fisioterapia, podología, masajes. El único pero que había pocas duchas, dentro de un autobús y que la bolsa del corredor me pareció muy escasa, muchos folletos y poco contenido, pero son minucias en comparación con el resto.

Ambientazo al acabar la carrera

Después del esfuerzo, bebida y comida a raudales

En fin, una experiencia maravillosa, objetivos cumplidos, sé que podía haber dado más de sí (155 ppm de media lo demuestran, lo digo porque, aunque sabía que en el fondo Gonzalo tenía razón y podía haber hecho mejor marca arriesgando, había planeado desde un principio ir a 5:35 el km y seguí el plan hasta el final porque lo hice a 5:32 el km), pero no me importa, era la primera y quería disfrutarla, acabar bien, con ganas de más y eso no me lo quita nadie. Mi familia disfrutó conmigo y eso es lo mejor, seguro que repetimos y en esa sí será el momento de ser más ambicioso, pero lo justo, 3horas 40, ese será el objetivo de la siguiente.

Además, hasta el tiempo nos respetó porque el lunes, día en el que regresamos, como sabeis, cayó la mayor nevada de los últimos 40 ó 50 años en Barcelona, menos mal, protección divina sin duda, si no, no sé que hubiera sido de nosotros.

El siguiente objetivo será..., lo sabréis en la próxima entrada. Un abrazo a todos y gracias por vuestro apoyo todo este tiempo, el resultado final también es en parte vuestro.